( Les Saintes Maries de la Mer- Vincent Van Gogh)
el rostro del mar es perfecto
terrible en su belleza
sonríe con su boca carente de llagas
y desde la inmensidad de sus ojos azules
apacigua el dolor de mis muertos
que le sonrieron
tan ausentes ayer como hoy
de mis laberintos
Estuve una vez en ese pueblo del cuadro. Un beso
ResponderEliminarContemplar la mar es asomarse a un abismo de armonía en soledad...
ResponderEliminarAbrazo
El mar es donde caben los sueños, donde se escriben las ilusiones, donde se vive la vida. Abrazossss
ResponderEliminarBellas lágrimas envueltas en esas preciosas palabras, Tatiana.
ResponderEliminarUn abrazo.
Duele pero es bonito, como la salitre del mar. Un abrazo.
ResponderEliminarEl mar cura y lame nuestras cicatrices.
ResponderEliminarÁnimo.
Besos.
El mar nos acuna desde siempre en su vaivén salitroso , pues los rastrojos de nuestras pisadas en su vientre se generaron
ResponderEliminarBesitos Taty y buen finde 😽👍💐😊
La pintura de Van gogh con las barcas y las estremecidas olas blancas de renovado impresionismo, en alianza con sus versos, apreciada Tatiana. obran en un afán sanador. El mar, su salitre y yodo cómo nos renuevan, como los buscan sus versos, no sólo de dolencias físicas, sino las del alma. UN abrazo desde este trópico de soles incendiados. Carlos
ResponderEliminarLo has dicho todo Tatiana, mejor no añadir nada más. Sensaciones y sentimientos que me alegra que compartas.
ResponderEliminarBESOS
Me atraviesas con tu poema, querida y admirada amiga!!! Y el rayo que me recorre me anuda la garganta y sobrecoge mi pecho. Porque tu poema es toda una encendida invitación a reflexionar sobre la vida y el amor. Y así tu mano extiende las palabras para sembrar el camino, así humildemente las riego yo para que florezcan.
ResponderEliminarAy, Taty!!! Me temo que el mar más extenso que puebla tu vida es el que se refugia en tu alma... Un mar que no ha debido estar exento de tempestades, emboscadas y naufragios, pero que siento en la actualidad den calma. Así lo siento en este diálogo de almas en el que hemos convertido nuestras charlas.
Creo que el mar encierra todo: fuente de vida, espejo de la eternidad del alma, madre acogedora, severo padre, libro de la vida, resumen de todas las enseñanzas... y vocación de nuestras lágrimas, reclamo de nuestro cuerpo mortal, camposanto de nuestra mortalidad...
Pero el mar y el cielo siempre están unidos, siempre se acarician, siempre se hacen uno, y todo lo llenan de belleza.
Un enorme abrazo, querida compañera de letras, reflexiones, sueños e ilusiones!!!
Taty!!!
EliminarHe visto que tenía metida en spam en mi blog "Pensar y sentir" una respuesta a tu comentario. No sé cuándo hizo esto blogger (cambia de un día para otro esta condición a menudo).
Te lo digo por si pensabas que no te había contestado, que sí que lo hice. Siempre lo hago con tus interesantes y acertadas reflexiones, aunque no siempre sea muy rápido en hacerlo. Como comentaba hace un rato, desde mi enfermedad me volví muy anárquico, precisamente porque fue fruto del estrés.
Espero que estés muy bien, que tengas un feliz domingo y que tengas un excelente inicio de semana.
Un enorme abrazo, querida amiga!!!
No me canso.
ResponderEliminarXxx
El mar!!! Cuánto lo amo, pero no lo tengo cerca de casa. Disfrútalo mucho si lo tienes allí al alcance de tu mano.
ResponderEliminarPrecioso poema.
Un abrazo muy grande.
El mar así como esa pintura te inspiran y llena de paz. Adore tu poema.
ResponderEliminarEl rostro del mar siempre es hermoso… esté contento, enfadado, alegre o triste y aunque tienes razón que acoge a muchos muertos, es fuente de vida, solo mirarlo sana ( como dices tú tan bonito… mirar a esa inmensidad de ojos azules ; ) desenreda los laberintos y te deja en paz por dentro. Leerte a ti, también es curativo, escribes precioso!
ResponderEliminarUn beso grandísimo mi querida TATIANA
Bonitas metáforas nos dejas en un poema, donde la sonrisa y el dolor se unen, siempre es bello leerte
ResponderEliminarBesos y bonito finde
Hola, Tatiana.
ResponderEliminarLa belleza del mar es enorme pero hay que respetarlo cuando está enfurecido. Yo lo veo así, bonito pero respetuoso.
un abrazo.
Todos venimos del mar. Por eso tiene ese poder mágico de sugestión sobre nosotros. Un abrazo, Tatiana.
ResponderEliminarImpecable pintura verbal de tu mar interior, Tatiana, qué agregar excepto "ni una letra de más..."
ResponderEliminarAbrazo de corazón.
Lo que tiene de inquietante, y de imponente, y de aparente inmensidad que a la vez nos admira y nos atemoriza... todo ello reflejado en tu poema con esa belleza que siempre nos regalas.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, Tatiana
Me gusta mucho esta pintura, realmente te sumerge en ese mar.
ResponderEliminarLas olas del mar nos acunan y nos apaciguan como dices, un bálsamo extraordinario para curar esas heridas a las que les cuesta cicatrizar.
Que el mar de tu precioso país te llene la mirada de belleza, muchos besos Tatiana!!
Bello y conciso poema. Bravo querida Taty. Abrazos.
ResponderEliminarEl mar es un gigantesco espejo de nuestros sentimientos y emociones. El mar es lo que queremos que sea, una tumba, una vía, una angustia, un sosiego, una desazón, una sublevación, una paz. Por encima de todo el mar nos hace reflexionar sobre la vida y sobre nuestro papel en ella... por eso es tan sanador contemplar el mar a solas, especialmente cuando no hay distracciones alrededor.
ResponderEliminarMe encanta el gigante azul y estoy agradecida de poder vivir cercana de tan majestuosa obra de Dios. Un fuerte abrazo para ti amiga, gracias por tan bella inspiración,
Paty
Que lindo poema, querida Tatiana.
ResponderEliminarAbrazos grandes!!!
ResponderEliminarHola Tatiana.
Te leo aquí, frente al majestuoso mar, observando cómo sus olas danzan en un eterno vaivén.
Es un espectáculo hipnotizante, ¿verdad? Pero más allá de su belleza, la mirada al mar me invita a reflexionar sobre nuestra propia existencia y el fluir de las emociones que nos afectan.
Como en tu poema:
Cada ola que se estrella contra la orilla representa nuestras inquietudes y preocupaciones, esas mareas agitadas que nos sacuden en momentos de incertidumbre.
Pero también refleja la capacidad de superar obstáculos, como esas olas que, sin importar los escollos del camino, encuentran la forma de seguir adelante.
La vastedad del mar nos habla de la inmensidad de nuestras experiencias y sentimientos, a veces, nos sentimos pequeños e insignificantes frente a los desafíos que nos presenta la vida. Pero aquí, ante esta inmensidad, también descubrimos nuestra fuerza interior, nuestra resiliencia para enfrentar cualquier tormenta.
Las playas cambiantes y los colores que pintan el horizonte nos hablan de la impermanencia de todo lo que nos rodea.
Nada es estático, y eso incluye nuestras propias emociones y circunstancias, como los momentos difíciles pueden ceder paso a instantes de felicidad y calma, así como las olas se disipan en la arena y el mar recupera su serenidad.
Al mirar al mar, también percibo su constante conexión con el universo. Cada gota de agua representa una parte del todo, como nosotros en esta gran red de la existencia.
Y en esa interconexión, hallamos consuelo, porque sabemos que no estamos solos en este viaje.
El mar nos invita a sumergirnos en nuestras profundidades internas, a bucear en lo más hondo de nuestro ser.
A veces, puede asustar conocer nuestros pensamientos más oscuros y nuestros miedos más profundos. Pero es solo enfrentándolos como podemos encontrar la paz y la sanación, como el mar que se aquieta tras la tormenta.
En fin, la mirada al mar nos enseña que la vida es un constante vaivén de emociones, experiencias y aprendizajes. Nos recuerda que somos parte de algo más grande y que nuestras luchas y alegrías se entrelazan con las de los demás. Así que, mientras contemplo las olas, me lleno de gratitud por la oportunidad de sentir y ser parte de esta maravillosa danza de la existencia.
Tu poema invita a ser leído así, desde enfrente de un mar como este que me llena de nostalgia.
Un abrazo y feliz finde.
Tatiana, describes el mar con gran admiración, respeto y devoción.Yo diría que intuyes en él algo divino, quizá el rostro de Dios, amiga...Y es que tiene el poder y la magia de "ipnotizarnos, curarnos, renovarnos y hacernos grandes al tocar la humildad...porque su grandeza, fortaleza y belleza nos llevan directamente a nuestros límites humanos...y de ahí a la inmensidad del espíritu.
ResponderEliminarMi abrazo admirado por decirnos tanto en pocas palabras.
Feliz domingo, Tatiana.
Tatiana, que bonito, te ha inspirado
ResponderEliminarese mar al que le tengo mucho
respeto, a veces que nuestra propia
vida se mueve como las olas, me agrado
mucho visitarte.
Besitos dulces
Siby
Dicen que hay otros mundos, que están en este... El mar es uno de ellos...
ResponderEliminarFeliz semana, amiga
El mar siempre nos acoge. Es buen aliado. Nos entrega siempre liberación. Sabe de nuestros laberintos.
ResponderEliminarBellísimo poema. Con tu impronta personal: sensibilidad, delicadeza y buen hacer.
Abrazo fuerte, Poeta.
Me gustaría saber qué cara tiene más allá del horizonte
ResponderEliminarSaludos
Bonito y muy profunda esa reflexión sobre el mar.
ResponderEliminarUn Abrazo
Me das mucha paz... siempre qe entro tengo esa sensación, tanto en lo que observo como en lo que leo, es un placer descansar por estos lares ;)
ResponderEliminarUn abrazo.
Contemplar el mar pensando en nuestros muertos que también lo contemplaban con o sin nosotros... hermoso.
ResponderEliminarUn beso
El mar siempre nos arropa, tal vez por eso nos hace recordar.
ResponderEliminarEl misterio, la fuerza, el poema, tú misma... el mar. Sí, tú eres el mar, la mar, de tu propia barca. Un poema muy bello, Taty.
ResponderEliminarPrecioso poema, me has hecho abrazar al amar, con las ganas que tengo de abrazarlo. Ya me queda poco para sentirlo y perder mi mirada hacia su horizonte. Y disfrutar del sonido de las olas, que son una sinfonía maravillosa para el alma.
ResponderEliminar¡Ay el mar! cuánto lo añoro cada año.
Me encanta la pintura que compartes de Vincent Van Gogh.
Una preciosa entrada.
Besos enormes.
"El rostro del mar", como si fuera nuestro propio reflejo, terriblemente bello, y perfecto en todas sus formas cambiantes. Si supiéramos contemplarlo con total ausencia de pensamiento, tal vez estaríamos en nuestro interior, con nuestra, también agua salada.
ResponderEliminarNo puede haber maldad en esos ojos azules, transparentes, sinceros sonrientes... Pese al dolor, siempre asoma la sonrisa.
Bellísima inspiración, Tatiana, y elegiste sabiamente el cuadro, para transmitir tanto en tan pocas palabras.
Felicidades sinceras, me encantó.
Abrazos, y buen comienzo de semana.
Nada mejor que el mar para sentirnos arropados.
ResponderEliminar: )
Gustosos de leerte
ResponderEliminarMe he detenido en este poema tuyo, Tatiana. Es profundo y tiene versos verdaderamente afortunados. Intenso.
ResponderEliminarUn abrazo.
El mar es el gran contenedor de emociones, quizás por ello se está desbordando en tantos lugares. Abrazo
ResponderEliminary desde la inmensidad de sus ojos azules
ResponderEliminarapacigua el dolor de mis muertos
que le sonrieron
Versos de una gran profundidad y una belleza triste que transmiten plenamente su hondo significado.
Un abrazo.