( El beso - Gustav Klimt )
Me corté los cabellos
por un persistente, obstinado pensamiento
que subterráneo
embriagó todo el cuerpo. Ya sabes
los cabellos largos provocan calor
desde el cándido cuello hasta el refugio del vientre.
Por esa razón
me enardece la posibilidad de que te acerques y
con solo el roce de tu mano
desde el cándido cuello hasta el refugio del vientre
convoques los élitros y las alas del fuego
y enciendas un resplandor que traspase
la desidia del otoño en primavera.
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