jueves, 9 de junio de 2022

LUNA DE SANGRE


 


Luna de sangre en la ventana.

Otra vez 

Tantos designios frustrados.

Tantos

y tantas confabulaciones.

Tantas

Me oculto otra vez.

Siempre

y hablo en voz baja

de algo servirá un eclipse 

así el influjo de tu mirada 

no llegará 

a la luna de mis ojos.



Licencia Creative Commons
Autor: Tatiana Aguilera. Año 2022. Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional .

16 comentarios:

  1. ¿Y por qué no ha de llegar?

    Besos.

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  2. La luna de sangre sabe lo que dice. Y lo que calla. Abrazo bien grande, amiga del ocaso.

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  4. Salió dos veces el mismo comentario así que borré uno: abracísimo y gualdo.

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  5. Vengo a devolverte la visita. La luna siempre llega, la luna y lo que representa y calla no nos deja nunca. Un abrazo

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  6. Bellísimo poema, Tatiana, que mira en el corazón de la luz y del silencio para apagar desvelos innecesarios y ocultarse...

    Un abrazo grande, feliz de haberte leído el poema.
    Teo

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  7. Hay influjos no deseados.
    Un abrazo.

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  8. Tal vez sea bueno que llegué el influjo de esa mirada.
    Un abrazo.

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  9. Me ensalma la metáfora del eclipse como soslayo, desvío de su mirada de influjo. Un abrazo. carlos

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  10. Precioso tu decir,me alegra descubrirte!!

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  11. A veces es necesario eclipsarse.
    Bellísimo poema.

    Abrazo.

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  12. Un hermoso poema. Lo malo del eclipse para este caso es que no dura para siempre, así es que esa mirada está condenada a llegar a destino.
    Un gran abrazo!

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  13. hay que aprender a vivir con esas frustraciones, no confío en lunas rojas.

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  14. Cuantas veces deseamos que alguien especial si nos eclipse los ojos, y luego el cuerpo entero y además el corazón… hasta oscurecerse completo el universo y nosotras ensimismadas sintiendo la luz encendida y vibrante del amor… en el centro del alma. Pero el misterio de la vida, a tramos, nos mantiene así, tan solo soñándolo y susurrándonos a nosotras mismas nuestros deseos e intentando ser racionales en la cotidianidad para no sucumbir a la melancolía. Paciencia y confianza que los caminos de la vida parecen una selva, pero son milimétricamente exactos, y nuestra burda naturaleza, excesivamente inquieta. No hay que esconderse del amor, ni de los influjos, tan solo vivir la noche oscura y luego el amanecer de conocernos bien, amarnos mucho con todos nuestros aciertos e inexactitudes, saber lo que queremos y con quien lo queremos compartir.
    Un gusto descubrirte y sentir un poco de cada corazón humano en tus poesías. Saludos, Paty

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