(Belleza de la lluvia - Leonid Afremov)
Llueve en Santiago y los árboles
despojados de sus hojas
invaden los postes eléctricos.
Abro mi paraguas y
cruzo la calle bañada por cientos de gotas.
Diviso a un hombre
vestido de terno oscuro y corbata roja.
Boca amplia y labios seductores. Sus hombros
se notaban fuertes y seguros.
Aquel hombre era
un espejismo de belleza entre tanta basura visual.
Me miró y me vio a través de mis lentes
Insólito
Me vio y yo pensaba que era invisible.
Que bello ese sentir al final, siempre para alguien seremos importantes ,aunque sea un momento...
ResponderEliminarun abrazo.
He sentido tu texto tan real que cierto estremecimiento se deslizo en mi pecho,"siempre hay ojos que miran y siempre hay miradas que se devuelven",un gusto leerte.Un abrazo!.
ResponderEliminarMomentos que quedan grabados en la retina.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ah me encantan las noches lluviosas de árboles otoñales o invernales y paraguas.
ResponderEliminarLa seducción es un hermoso agregado.
Ante el miedo a la invisibilidad, la seducción de la mirada devuelta.
ResponderEliminarAbrazo. Grande.
Qué bonito espejismo!
ResponderEliminarLa lluvia es la escusa para hacer un sueño realidad.
BESOS
En la lluvia bajo el paraguas y los anteojos, se advierte el amor. Un abrazo. Carlos
ResponderEliminarQué bueno! Y qué cierto..cuántas veces nos sentimos invisibles...qué bonito,me gusta mucho tu blog! Un abrazo.
ResponderEliminarTodos necesitamos en algun momento de la vida sentirnos "más visibles" en algún aspecto, y que abrazo para el alma cuando esa visión del otro nos alcanza y de alguna manera nos ayuda a continuar el viaje con mas alegria y esperanza. Un hermoso poema Tatiana. Gracias por tus generosos comentarios en mis espacios. Te deseo de corazon una muy bonita semana!!!
ResponderEliminarAlgunas miradas rompen el manto de invisibilidad con que a veces nos vestimos
ResponderEliminarPaz
Isaac
Hay miradas que matan...
ResponderEliminarAbrazo
La lluvia es el ambiente perfecto para esos encuentros, únicos y especiales.
ResponderEliminarQué cosas suceden cuando llueve en Santiago, amiga Tatiana, quién pudiera pasear por esa "Alameda" tan llena de encantos y ensueños... Maravillosos versos, amiga.
ResponderEliminarTe dejo un abrazo.
Mucha emoción y color de suerte que mire un hombre a una mujer invisible.
ResponderEliminarPrecioso.
Un abrazo.
Un día lluvioso y muy propenso para el romanticismo, soñar, seducir y hasta enamorar.
ResponderEliminarUnos preciosos versos salpicados por esas gotas de lluvia y arropada por un paraguas que podía haber sido compartido.
Un fuerte abrazo Tatiana y feliz resto de semana.
La tuya es una hermosa poesía plena de bellas letras. Gracias, estimada Tatiana.
ResponderEliminarMuchas cosas me hace pensar tu poema.
ResponderEliminarElijo una de ellas, solo una. Y más que opinar dejo una pregunta sobre la que ya diserté hace algunas semanas: qué es más real, lo que realmente está ahí fuera o lo que nosotros filtramos en función de nuestros deseos, valores, sentimientos, debilidades, grandezas...???
Tenemos dos ojos.... Seamos como los camaleones...
Un enorme abrazo, querida amiga!!!
Me gusta como escribes, como dejas que emerja el poema desde lo más oculto de tu ser, te felicito
ResponderEliminarUn abrazo
Precioso poema. Belleza, seducción, delicadeza... Esas miradas de desconocidos a veces hacen que el día sea grato. Hay que salir de la invisibilidad.
ResponderEliminarMe encanta tu poesía...
Un beso grande
Me encantó, Tatiana, y me trajiste recuerdos de la lluvia de Santiago, con la cordillera velada tras el aguacero. Y me sacaste sonrisa: cuando nos sacan de la invisibilidad...
ResponderEliminarAbrazo!!!
Precioso poema que he vuelto a leer...
ResponderEliminarUn beso enorme, Tatiana
Felicidades