(Niños jugando en un parque - Paul Michel Dupuy)
Cada vez sonreímos menos.
Los niños ríen tanto
trescientas veces o más.
Sus dientes brillan con la luz de la esperanza.
Su mirada, transparente. Sus palabras
breves, pero francas.
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La realidad de la vida nos va quitando la risa. Si, ya sé, hay que hacer lo posible por mantenerla, pero no es fácil estar feliz entre sufridos.
ResponderEliminarAbrazo.
Conservar la franqueza es posible, conservar la alegría, también. No sé cuál es el secreto pero quizá esté en el animal que llevamos dentro, tanto en la niñez como en la madurez.
ResponderEliminarAbrazo.
Versos del natural, como al pasar, pero que invitan a reflexionar... Vale!!
ResponderEliminarAbrazo hasta allá.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarQuando crianças, sabemos mais sobre felicidade do que os adultos. Quando crianças, aprendemos a aproveitar mais as tardes do que os adultos. E como não saber? É que nos olhos da criança ainda brilha a esperança!
ResponderEliminarAbraços, Tatiana!
Así es , irradian vida, entusiasmo, una edad preciosa,
ResponderEliminarSaludos
Debe ser que no he crecido, soy risueña de risa contagiosa. Saltibrincos
ResponderEliminarTienes razón, cada vez hay menos cosas de las que reír...
ResponderEliminarMuy bonito
Un abrazo
La mochila de los niños está vacía de preocupaciones y su inocencia no les permite ver el mundo que les rodea, me refiero, claro está, a los niños que están alejados de las guerras y del hambre, del frío y la miseria... necesitamos un mundo en el que todos los niños puedan reír, sin embargo, ese mundo está aún por construir.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho tu poema porque es muy sugerente. Necesitamos pensar más. Un abrazo.
Dicen que cuando crecemos, maduramos, pero ya me está pareciendo que es al revés, a medida que pasan los años por nosotros, pareciera que vamos echándonos a perder, porque perdemos la belleza de lo nativo, la alegría, la franqueza, las ganas de gozar la vida, el ansia de hacer muchos amigos, dándonos lo mismo su origen, el optimismo de ver la vida colmada de fe y esperanza, siempre.
ResponderEliminarUn poema muy acertado que debiera remecernos y preguntarnos qué podemos hacer cada uno por revertir esto y procurar un mundo con millones de miradas de seres, adultos/niños/niñas conscientes y conectados con el alma.
Un abrazo amiga, te felicito por tu creación. Paty
Una comprobación que poetizas delicadamente. Una sugerencia, una invitación. Por supuesto que también hay niños tristes, aunque no creo que lo sean por naturaleza. Reír está en la esencia de la infancia. Son risa traviesa.
ResponderEliminarMe ha encantado. Me he visto reflejada tal cual soy cuando puedo ser junto a mis sobrinos y sonreír.
ResponderEliminarUn beso
Probablemente se están criando en algún lugar que todavía no ha sido azotado por la hambruna y la tiranía.
ResponderEliminarEn los niños, en sus juegos, en sus pregunta y en sus respuestas, hay más verdad que en cualquier biblioteca u otros ámbitos del conocimiento...
ResponderEliminarEstoy muy de acuerdo con el comentario de Paty, a medida que crecemos se nos va notando más la programación mental y de costumbres que nos van inoculando y perdemos la naturalidad... Empezamos a calcular cómo dar nuestros parsos; cómo hacer el camino; qué mostrar o que ocultar en defensa de nuestro espacio e intereses... Todo se vuelve muy complicado...
Como dices en el poema, a través de su mirada reflejan la transparencia de su alma...
Hay quien pierde ese niño interno a medida que va creciendo y hay quien lo vuelve a encontrar y quien no lo encontrará más; algunos no lo pierden nunca, pero mantenerlo no es fácil ante quines sí lo perdieron y exigen comportamientos programados en vez de comportamientos naturales y transparentes... Y, a veces, terminan cerrándose porque descubren que ser transparentes es muy muy muy peligroso en este mundo tan robotizado...
Abrazo
Hermoso y sincero poema
ResponderEliminarCon los años perdemos la capacidad de reír a la vida, quizás por experiencias que hemos tenido.
Saludos
Cuanto nos gustaría reír como ellos
ResponderEliminarBesos
No deberían crecer nunca.
ResponderEliminarDespués sonreirán menos...
Besos.
Tienes razón, en la vida cada día existe más crispación. Es difícil ver a gente feliz, muchas veces creo se debe a no llegar a comprender o saber que la felicidad está ahí al alcance de la gran mayoría. Pero no, nos complicamos la vida eternamente en cantidad de chorradas que son realmente y en el fondo las que complican nuestra existencia.
ResponderEliminarTus bellos versos invitan a una profunda reflexión, ya que en el fondo todos llevamos en nuestro interior algo de niños.
Un fuerte abrazo.
Contemplarlos y aprender de ellos es lo que más me gusta de mi trabajo. El cómo viven el presente con intensidad y avanzando a cada rato sin pegarse en el pasado o intentar predecir nada.
ResponderEliminarSimplemente son, con su inocencia y curiosidad.
Un abrazo,
Es verdad, sonreímos menos, quizá porque vamos
ResponderEliminarperdiendo un poco de vida o este mundo nos traiciona.
Lastimosamente el futuro de los niños es sonreír menos.
Yo, soy niño, o sea, disfruto y no dejo de sonreír
es una gran terapia.
Un besote Tatiana.
Cierto, cada vez sonreimos menos y es que vamos viendo ante nosotros los problemas que la vida pone ante nosotros, deberiamos aprender como los niños a alejar lo que nos haga daño y tener siempre la sonrisa dispuesta a las bellezas de la vida
ResponderEliminarUn abrazo
sonreir y dar
ResponderEliminarBrindo por tu blog
O sorriso é um forte aliado da comunicação social.
ResponderEliminarAbraço amigo.
Juvenal Nunes
Cómo necesitamos recuperar la inocencia. Un abrazo. Carlos
ResponderEliminarQuerida Tatiana.
ResponderEliminarHermosa dedicatoria dirigida a los niños.
Abrazos!!!!!!!!!!
Siempre andamos buscando esa inocencia perdida....
ResponderEliminarSaludos
Yo antes sonreía más...
ResponderEliminarFelices los que siguen o seguimos sonriendo a pesar de tantas adversidades
ResponderEliminarBesitos 😽🤗
En la infancia se sonríe desde dentro, luego las vivencias hace que ya la sonsrisa únicamente aparezca en la cara. Pero al menos se sonríe.
ResponderEliminarSAludos.
Los niños son inocentes por eso siempre sonríen.
ResponderEliminarLa niñez y su inocencia son un tesoro que se pierde al madurar al igual que las sonrisas. Lindo poema Citu https://enamoradadelasletras.blogspot.com/
ResponderEliminarLa infancia es la mejor etapa de nuestras vidas. Incluso, para los que la han vivido bajo amanaza... es como algo mágico, de ahí la risa franca. Por otro lado... colocaste una maravilla de acuarela. Me encanta. Saludos desde Brasil.
ResponderEliminarPor cierto Tatiana, ya que me hablaste de la elección del domingo, quisiera que oyeras lo que los muchachos de Visualpolitik ya habían anunciado mucho antes de la elección. Pon cuidado a esto:
Eliminarhttps://www.youtube.com/watch?v=kZj9iLhQTjU
La cultura siienpre estara a tu lado
ResponderEliminarBello poema, Tatiana :)
ResponderEliminarUn beso.
Es verdad, Tatiana, cada dia sonreimos menos.
ResponderEliminarMe gusta observar a los niños, con esa inocencia que transmiten, son como ángeles alegrando la vida de las personas.
Hermoso poema.
Besos.
Ojalá todos los niños sonrieran y fueran felices. La infancia debería de ser un lugar seguro y feliz en todo el planeta.
ResponderEliminarBesos, Tatiana.
Muy bello querida Taty. Que gusto que observar a niños cuando están felices...y que suerte la de los que han sabido preservar en ellos su niño interior.
ResponderEliminarAbrazos.
Me llama la atención, últimamente los niños gritan y corren o al revés, a veces impresiona esa actitud...
ResponderEliminarHoy no veo eso de verlos sonreír seguido...
Besos
Bellísimo, Tatiana, cuánta razón tienen tus versos.
ResponderEliminarDebemos aprender de la risa y de la transparencia de los niños.
Un beso enorme